domingo, 22 de marzo de 2009

Paralelo entre Andino y Occidente (Tomado de ILLA. sentido de la existencia)

1° día . Donde se hace un paralelo entre Andino y Occidente y se hablan de algunos aspectos de la visión del Cosmos desde una perspectiva Tawa.

Antes que todo, permítanme agradecerles por su amable concurrencia y por el interés que tienen en conocer un aspecto fundamental del pensamiento de los Runas, como es el de su espiritualidad. Runa es el verdadero adjetivo con el que se debe calificar a la gente de los Andes y de la Amazonía colindante ya que, como se sabe, nosotros no somos ni nacidos ni originarios de la India para ser designados como indios.

También quiero agradecer el trabajo que realiza la asociación Pachamama y el hecho de haberme invitado para exponer algunos de los aspectos de la espiritualidad andina que hemos optado por llamar Tawaísmo.

En la actualidad se ven claramente los vacíos espirituales que surgen en la sociedad, carencias y ausencias que las diversas filosofías o religiones son ineficaces de remediar. Desaciertos que hacen de las sociedades desarrolladas los espacios culturales donde mejor se aprecian los iconos verídicos de las injusticias, como también la voracidad del hombre para explotar cada vez mas, incluyendo en esta avidez la rapacería de utilización de sus semejantes. En estas esferas las guerras se constituyen como pugnas de religiones, de cultos, de poderes, de omnipotencias, de absolutismos y entre tanto caos surge un inmenso peligro pero que no se presenta como tal debido al camuflaje con el cual él se desplaza. Ese peligro es el de la alienación cultural que tiende a universalizar un modo de vida a despensa de otro, eliminando con ello la diversidad, y el disfraz que lo oculta es lo que llaman “desarrollo”.

Desde su aparición la civilización occidental se ha designado, ella misma, como la sola capaz de tener razón, como si la racionalidad fuera su pertenencia exclusiva. Esto en todos los ámbitos que se pudieran presentar. Es así como todo lo que no es occidental, es decir, todo lo que no pertenece a su cultura es visto y apreciado como algo que “no puede ser” o que “no debe ser”. Bajo este criterio el Occidente ha rechazado y negado tantos logros de otras civilizaciones tales como la medicina, la agronomía, la arquitectura, es decir todas las ciencias y las artes de diversos saberes tradicionales pertenecientes a civilizaciones antiguas y sabias.

Es en ese contexto y en esa lógica de rechazo o negación que hoy un médico no occidental es perseguido cuando hace utilización de su saber tradicional, imputándole una condena por uso ilegal de la medicina. Sin embargo, como los resultados demuestran que otros tipos de medicina se aseveran eficaces, la medicina moderna se ha visto en la obligación de tolerar, sin que esto sea del agrado de la totalidad de la comunidad científica, algunos aspectos de terapéutica no occidentales como, por ejemplo, la acupuntura de la medicina china o el saber de la masoterapia, herbolaria y gemoterapia que los médicos kalawayas utilizan para sanar diversas patologías que incluso ellas mismas son desconocidas y no aceptadas como tales por el cuerpo llamado científico, como por ejemplo el “mal de aire” y el “susto”.

Esta forma de ver, pensar, organizar y creer, el Occidente la ha llevado por todos los rincones del planeta, pero no solo en su forma científica sino en todas sus representaciones.

Bajo ese paradigma, así como ellos consideran que su ciencia es la única verdadera, igualmente reconocen que su espiritualidad o su religión es la sola verdad absoluta. En consecuencia, en su afán de alienar al otro, es decir en el ansia de quitarle su propia y verdadera esencia para convertirlo a su modo, en otras palabras, volverlo ajeno a él mismo, enajenarlo, se crearon hordas y ejércitos que llevando esa “verdad” destruyeron otros pueblos, creencias y civilizaciones.

Solo los pueblos dotados de un conocimiento amplio y profundo pudieron resistir, no sin sufrir los más grandes tormentos, muchas veces adoptando conductas y símbolos que cubrían su verdadera creencia. Esto es lo que ha pasado, lo que pasa y seguirá ocurriendo con los Runas ya que para nosotros, nuestra espiritualidad, basada en la diversidad, y nuestra forma de concebir el cosmos, cimentada en la paridad como fuente de la vida, son las que muestran la senda que podría frenar la velocidad con la cual la humanidad se dirige hacia un terrible fin.

Desde el momento en que la humanidad abrazó la concepción de que todo emana de la unidad, fue esa la base fundamental que creó su horizonte de sentido, es decir fue ella quien trazó su senda. Pero ¿quién o qué era esa unidad de la cual emanaba todo? Ese ente fue el equivalente del “Iod” hebreo, lo que denominaron Dios, creencia que los invasores ibéricos quisieron inculcar en el pensamiento del Runa. En los pasajes de la historia andina podemos leer como el cura Valverde pretendió enajenar al Inka Atawallpa pero, como éste no podía concebir la existencia de esa única divinidad, rechazó esta creencia. Ese refuto fue aprovechado para que el ejercito invasor cometiera uno de los peores actos de crueldad que jamás haya existido sobre la faz de la tierra, es decir el asesinato de millones de Runas y la conversión a la esclavitud de tantos otros que al no aceptar esa condición prefirieron morir. El saqueo, el robo, la violación de vírgenes del Sol, la destrucción de templos y divinidades, el peor etnocidio que se ha producido en toda la historia de la humanidad, fue llevado a cabo con la gracia de la iglesia católica. Fue la cruz del cura Valverde que dio la señal para cometer el acto mas bárbaro y sangriento cometido por el hombre y con él se dio inicio, en base al terror, a la enajenación y a la conversión, por la amenaza, de los que quedaron en vida.

La consecuencia de este horrible episodio de la humanidad fue la implantación de la hegemonía del pensamiento del invasor, que se autodenominó conquistador, y la alienación que dio como resultado la discriminación racial y cultural de todo lo que no era hispánico es decir occidental. Esta tara es una carga que aun persiste en la sociedad latino americana y que tiende a considerar despectivamente al Runa andino-amazónico designándolo con los apelativos de cholos y chunchos.

Pero sin alejarnos del tema y regresando a los parajes de la historia andina nos daremos cuenta que si el Inka Atawallpa no entendió el argumento del dios único, fue por el hecho de que en la cosmogonía Tawa, Tawanaco, Tawacota, Tiawanaco o como quiera llamársele, que es la que los Inkas heredaron, todo lo que es único es algo incompleto, pasajero, “no realizado”, que llega a formalizarse solo cuando encuentra su par. Este es el principio que pinta las sendas de la civilización Tawa. Para el Runa todo es par en su cosmos, solo así se puede llegar a crear un equilibrio o una proporcionalidad. Cuando este principio se refleja en la sociedad, surge, al contrario del pensamiento occidental, la aceptación del otro, la aceptación de lo diferente con lo cual se llega a crear el todo. Es este principio de la paridad o dualidad opuesta complementaria que crea nuestro “horizonte” de sentido que, como veremos luego, quizás debería denominarse más acertadamente nuestra “verticalidad”.

Entonces era pues normal que Atawallpa no comprendiera la idea o concepto del único dios ya que para él existían el dios padre Wiracocha y la divinidad madre Pachacamaq, dualidad divina que subsiste aun en la espiritualidad o religiosidad andina y que se refleja en la conducta de los Runas. No obstante, debido a las persecuciones y a las imposiciones doctrinarias, el Runa ha cambiado el nombre de sus Apus. Es así que en mi pueblo las divinidades de las montañas han adoptado las denominaciones de San Pedro y Santa Catalina. Asimismo no es nada raro observar, camufladas en las cruces cristianas hechas por los Andinos, de un lado la divinidad masculina representada por el sol y del lado opuesto la divinidad femenina representada por la luna.

Fig. 1 : Urin-Hanan, cultura Huari

Bueno, es de ese principio de los opuestos complementarios, de esa “unidad par” llamada Urin-Hanaq (arriba-abajo); Uku - Awa o Jawa (adentro-afuera); Hanaq Pacha-Uku Pacha (macro cosmos - micro cosmos) etc., que brota nuestra senda civilizatoria; principio o fundamento que en quechua es reconocido bajo el fonema raíz TINK, que luego trataremos mas detenidamente para comprender la visión del cosmos del hombre andino y su reflejo en nuestras vidas, no solo en los Andes sino en todo el planeta ya que es una herencia cultural que no pertenece a una raza sino a la humanidad y que propone reflexiones para una vida mas justa en alianza perfecta con el medio ambiente.

Sin denigrar la totalidad de los aportes culturales occidentales y menos aun mostrarme racista, lo cual más bien me produce repulsión, me permitiré seguir una pequeña y rapidísima estima de lo que tiene por nombre civilización occidental y por apellido el Cristianismo. Sabemos que ésta tiene su origen en algún lugar del medio oriente y que se expandió, primero, a orillas del Mediterráneo para luego invadir la Europa y llegar en el siglo XV a lo que se denominó desde entonces el Nuevo Mundo.

La expansión se dio con guerras y batallas, hecho que indujo a aquellos pueblos a crear armas de las más sofisticadas para poder sojuzgar y alienar a las otras culturas. Esta particularidad se convirtió en una preocupación principal que perdura hoy en día con el arsenal militar de los países mas “desarrollados”, capaz de destruir nuestro planeta cientos de veces. Merced a las armas, desde la antigüedad el Occidente cristiano sojuzgó imponiendo su modo de pensar. Ese enajenamiento es fácil de comprobar cuando vemos que los mitos propios de Europa se encuentran únicamente en los pueblos que más resistieron aquel avance del Cristianismo, pueblos que lucharon y que hoy tratan de mantenerse como por ejemplo es el caso de los Celtas.

Cuando el Cristianismo se hubo implantado, los pueblos sometidos se vieron desposeídos de sus propias marcas, adoptando voluntaria o involuntariamente los sellos que aportó el Judeo-Cristianismo. A partir de allí se repitieron las creencias y mitos, las costumbres y se aprendió la historia del pueblo hebreo en todas las zonas conquistadas o invadidas.

Es así que hoy se corean esos mitos impuestos en todas partes del planeta, inclusive, en muchos lugares el rey Salomón es mas conocido que los propios reyes autóctonos. Son mas acreditados los mitos del Arca de Noé, de la Virgen que dio un hijo de algo que terminan por llamar Espíritu Santo, de la creación del mundo y del primer hombre Adán, de la primera mujer, Eva, que sale de la costilla del primer hombre, etc., todos ellos mitos y leyendas pertenecientes al imaginario del pueblo hebreo, que erradicando los mitos de aquellas regiones “conquistadas” los ha substituido.

No existe un lugar en el mundo trastornado por el Occidente donde no se conozca a Jesús, aquel que en la cruz donde fue sacrificado fue marcado por la sigla INRI que quiere decir “éste es Jesús rey de los Judíos”. En los pueblos invadidos y enajenados ya no se tiene memoria de sus héroes míticos ni de sus legendarias epopeyas, ese es el caso de países de continentes cercanos y lejanos que son día a día concientizados por las hordas de organizaciones e iglesias que tratan de enajenar el más grande número de personas. Es mas, en aquellos pueblos los mitos autóctonos son considerados como algo sin valor, como simples cuentos de gente que pertenece a un pasado, o como desposeídos de lógica occidental, o sea propios de pueblos incivilizados. Allí los mitos y leyendas solo tienen el valor de documentos para las ciencias sociales.

Ese es el rumbo delirante que pueden tomar los pueblos que antes formaron el Tawantinsuyu ya que, primero divididos para poder ser manipulados mas fácilmente y en un segundo tiempo, dirigidos por Estados que van de la mano con la iglesia que impuso por la fuerza el Cristianismo, son en la actualidad constreñidos, por la necesidad o la miseria, a engordar las filas de la Cristiandad sea ésta católica, protestante, mormona, israelita o evangelista, que al fin y al cabo son una misma cosa.

Desde muy tiernos, los niños andino-amazónicos reciben una educación que les enseña en primer lugar a aceptar a un dios que pertenece a la cultura judía, en vez de aprender de los valores propios de la espiritualidad andina. Sin embargo, una vez adultos, los valores del Cristianismo no le sirven al Runa porque no le aportan ningún bien de justicia y de igualdad en esta tierra. Bizarramente enseñan la mansedumbre de aceptar una bofetada y aún mas poner la otra mejilla para recibir otra, induciéndolos a aceptar la miseria porque según ese evangelio “es solo al morir que se puede obtener las riquezas del reino de los cielos”, cosa verdaderamente fuera del contexto ideológico del Runa para quien la riqueza, que es a la vez su máxima ambición, es de orden espiritual y consiste simplemente en el hecho de vivir bien, de ser feliz; además en su cosmovisión el concepto de Cielo está muy lejos del concepto de Hanaq Pacha que veremos mas adelante.

Por otra parte y desgraciadamente, como lo demuestran los hechos, las sendas civilizatorias del Cristianismo no se pronuncian y mas bien muestran total indiferencia ante la conducta del Occidente en su constante lucha contra la naturaleza y esta permanente pugna es otro punto de discrepancia entre Andino y Occidente ya que el Runa más bien busca el equilibrio en una comunión constante con la Madre Tierra.

Ya no se puede seguir negando que el llamado progreso nos ha llevado a un punto tal en el cual se puede apreciar una tierra que sufre de la más grande contaminación que jamás hizo el hombre. Ese sufrimiento del planeta se observa en las reacciones que se dan con los cambios de clima, aparición de vientos huracanados, lluvias torrenciales, sequias, deshielos, canceres, desaparición de especies animales y vegetales, trastornos acrecentados con sembríos de plantas genéticamente manipuladas, nacimiento de seres infortunadamente monstruosos debido a la inhalación de productos químicos o de residuos de bombas utilizadas en los conflictos que son el horror cotidiano de nuestro tiempo, pestes animales, cambios climatológicos, etc. Y todo esto debido a que el Occidente se cree la sola y “única” civilización capaz de poder dictar la conducta a seguir sin hacer caso del llamado ni de las advertencias que hacen pueblos de diferente cultura y menos aún de propuestas paradigmáticas como en el caso de la civilización andina.

Como se ha llegado a un punto extremo, han surgido movimientos que nunca antes habían hecho aparición en la historia de la humanidad como por ejemplo grupos, tanto políticos como asociativos, de movimientos ecologistas, dentro de los cuales militan gentes de buena voluntad pero que se hayan desposeídas de un valor esencial de devoción con la Madre Tierra y en quienes el espacio dejado por la falta de religiosidad es ocupado por lo que concierne solo a la pureza del paisaje o tendencias estrictamente intelectuales desde una perspectiva inexorablemente occidental. Solo cuando irrumpa el principio religioso Tawa de amor a la Pachamama que induzca al humano a criar bien la tierra para que la tierra lo crie bien a él, acabará el afán de lucha contra el medio ambiente. Solo así la preservación de la naturaleza se convertirá en un reflejo, en un acto instintivo.

Pero paremos ya nuestra crítica y veamos cual es la propuesta que da la “doctrina” Tawa. Para empezar, ella reconoce y acepta la diferencia desde el instante que su ideología dicta que todo emana del PAR y como en su concepción lo que es único es algo incompleto, su pensamiento está cimentado en lo que es la dualidad. Un ayllu o una comunidad, está conformado por un conjunto de seres (plantas, ríos, animales, cerros) que forman la familia, pero una familia tiene su base en la pareja (primero se constituyen las parejas antes que nazcan los hijos). Bueno, entonces podemos decir que en esa configuración el humano se “realiza” cuando encuentra su “par” y ese “par” llega a su apogeo cuando todo el ayllu se “realiza”, así pues no caben los logros personales si estos no son dedicados a la comunidad; de la misma manera no se puede estar bien si un miembro de la comunidad está mal. Esta conducta está todavía latente en algunas comunidades Amazónicas pero lamentablemente en pérdida por la labor enajenadora de las diferentes iglesias. El ayllu se muestra no solamente como un grupo social sino como una familia diversa vigorosamente articulada.

Esta familia se encarga de la crianza, y como en el pensamiento Tawa todo es enlazado, como un inmenso tejido, todos sin excepción nos encontramos ligados en el transcurso de la vida. De esto no escapan ni las montañas, ni ríos, arboles o animales a quienes el Runa cría, pero a su vez él es criado, es decir que tanto las montañas, peces, llamas, hierbas, son parte del ayllu. Este inmenso tejido es lo que los físicos tratan de explicar con la teoría de los cuantas o teoría cuántica: la unificación final o teoría del Todo.

Esto da como consecuencia que no existan hechos casuales sino más bien causales, porque para el Runa tawaísta todo tiene una causa. Es este principio el que dicta las normas de conducta que son el cimiento de su deontología. Hacer el bien a la comunidad es hacerse bien a uno mismo, criar bien la montaña solo puede traer beneficios, procura, por ejemplo, mejores pastos que dan mejor ganado, que a su vez proporciona mejores productos etc., o criar bien del rio, proporciona mejores aguas, éstas mejores peces, mejores regadíos, mejores cultivos, etc., hechos que repercuten en la bonanza del ayllu; pero si se cría mal, lo que se recibirá a cambio son cosas malas, nefastas. Es este principio que nos induce a hacer las cosas bien, sin hacer mal a la Pachamama ya que eso significa hacernos mal a nosotros mismos. No es, como muchos piensan erróneamente, que se hace el bien por el temor de ir al infierno, además éste es inconcebible en la cosmovisión Tawa donde el Uku Pacha posee otra definición completamente diferente al concepto de infierno.

2 comentarios:

  1. Muy agradecida de haber encontrado esta informacion maravillosa.

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    1. Muy agradecidos a usted que tiene interés en conocer esta faceta olvidada de la cultura andina.

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