domingo, 22 de marzo de 2009

EL ILLA

Cuando hablo de esta energía no puedo dejar de visualizar los vestigios Paracas y con ellos nuestros antepasados que dieron tanta importancia a esta zona del cuerpo, llegando al punto de realizar deformaciones craneanas, que quizá, contrariamente a lo que piensa el cuerpo científico, no solo eran de carácter estético. Este tema podemos dejar pendiente para un próximo debate.

El Illa es una energía que nos llega del cosmos, ésta nos permite aumentar nuestra capacidad de recepción y reflexión. Ella irrumpe de la oscuridad para ser luz y llegar a lo resplandeciente, es como el momento de un parto en que el ser sale de la paqarina o fuente hacia la luz, de allí que venga este término ligado al nacimiento que es “dar a luz”. En nuestro cotidiano el Illa llega con el Punchao, es decir con los primeros rayos de sol que irrumpen en el momento que la noche deja su espacio al día. Ese momento es venerado por los Runas tawaístas que se levantan antes que el Punchao haga su aparición para poder recibirlo. El Punchao es como una divinidad y el ILLA es como una bendición que alimenta nuestro Yachaq. Esa energía nos ayuda a reflexionar y captar mejor las enseñanzas. Nuestros antepasados Tawanacotas la veneraron y también los Inkas, y ahora son los Runas que guardamos este culto.

Al igual que en la antigüedad, el Runa tawaísta espera esos rayos sentado sobre pieles de pumas, otorongos, llamas, alpacas, o cualquier otro animal, con la mirada dirigida a donde sale el astro. Cuando hace aparición el ILLA, se inclina la cabeza para mostrar la parte superior del cráneo ya que es por allí que se obtiene el conocimiento que es la luz, el saber. Además esto también es como un ritual de saludo que nos enseña a la vez la humildad y el respeto.

Aquel que posee más conocimientos es reconocido porque se muestra humilde y porque comparte su saber, es eso que lo hace resplandeciente. Porque aquel que cree conocer pero no comparte la sabiduría no posee el Illa, es decir no resplandece, se queda sin poder reflejar la luz. Así encerrado en el trastorno, él se cree sabio y vive en el cautiverio de su propia ignorancia.

Yo les recomiendo vivamente de vivir una vez la experiencia que nos brinda el recibimiento del Punchao, mejor aún si se hace con el ritual que para nosotros es sagrado, es decir mostrando o entregando el cráneo a la luz que brota; luego la belleza de los colores no hará mas que alegrar nuestros espíritus pero ya habremos ganado el comenzar una jornada en la mejor de las formas, nuestras ideas serán mas claras, nuestros proyectos mas fáciles de realizar y estoy seguro que todos volverán a repetir esta experiencia.

El hecho de entrar en reflexión o en meditación es conocido con el nombre de Illay en runasimi.

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